Organismo formado por una sola célula, de pequeño tamaño. La estructura celular bacteriana es procariótica y se caracteriza porque su región nuclear, nucleoide, no está rodeada de membrana, consta de una sola molécula de DNA y su división no es mitótica. Carece de estructuras citoplásmicas, por lo que los ribosomas están repartidos por el citoplasma y le confieren un aspecto granular. Además, el citoplasma puede contener gránulos o inclusiones con material de reserva de lípidos, glucógeno, azufre, etc. La pared celular rodea a la membrana citoplasmática y da forma, rigidez y resistencia a la célula; también puede contener peptidoglicano y lipopolisacáridos, compuestos que únicamente se encuentran en estos microorganismos. La estructura y la composición de la pared dividen a la mayoría de las bacterias en dos grupos: gram-positivas y gram-negativas (v.). Ciertas especies de bacterias producen en su interior estructuras especiales denominadas endosporas y la mayoría de las especies tienen una morfología celular característica: pueden ser esféricas, bacilares, helicoidales, con forma de coma e incluso cuadradas. Unas son móviles y otras no; algunas obtienen energía de los compuestos orgánicos; otras, mediante fotosíntesis, y las hay que utilizan compuestos inorgánicos, como azufre o hierro, como fuente de energía. Aunque la mayoría se multiplican a temperaturas medias, hay algunas que crecen a -20º C y otras se desarrollan en ambientes de 110º C. También la función de las bacterias en la naturaleza es muy diversa: unas especies son patógenas para el hombre y otras lesionan a las plantas. Un grupo de especies bacterianas interviene en la degradación de la materia, manteniendo el ambiente y la atmósfera en un equilibrio que permite la vida, y distintas especies participan en la producción de alimentos y bebidas fermentadas, así como en la obtención de productos químicos. Entre las distintas bacterias cabe mencionar a los Mycoplasmas, que carecen de pared; los flagelos, que intervienen en la movilidad; las fimbrias, que favorecen la fijación de bacterias sobre las superficies, y la cápsula, que también tiene funciones de adherencia.