Derecho del paciente a no ser informado de lo referente a la propia enfermedad. El deseo de no querer saber siquiera qué sucede cuando se espera, por ejemplo, un mal diagnóstico, explicable desde un punto de vista psicológico, ha sido contemplado como un derecho del enfermo en algunas sentencias en Estados Unidos. Sin embargo, no es razonable admitirlo como tal, pues implicaría el deber de no informar (ver decir la verdad) y la imposibilidad de ayudar al enfermo de alguna manera (ver apoyo moral).